Prohibido leer a Lewis Carroll - Diego Arboleda y Raúl Sagospe- Anaya - 208 páginas
Este libro narra la historia de Eugéne Chignon, una joven institutriz francesa que en 1932 viaja hasta Nueva York para cuidar de una niña, Alice, cuya desatada pasión por el mundo creado por Lewis Carroll ha provocado que sus padres le prohíban leer sus libros. La primera misión de Eugéne será evitar que Alice se entere de que Alice Liddell, la auténtica Alicia que inspiró a Lewis Carroll, ahora con ochenta años, va a visitar la ciudad para recibir un homenaje.
Eugéne Chignon comprobará que las extrañas casualidades, los personajes extravagantes y las situaciones absurdas no son solo patrimonio del País de las Maravillas, sino que se encuentran a menudo en nuestro mundo y especialmente en esa casa.
La comedia disparatada y los datos históricos (reales y a pesar de eso aún más disparatados) tienen cabida en esta novela, en la que el sinsentido, ese nonsense tan emblemático de Carroll, acaba teniendo mucho sentido.
La peor parte de los libros infantiles ilustrados es que no los suelo comprar por lo poco que tardo en leerlos, además de que a veces uno tiene la sensación de que quizá pueden resultar demasiado infantiles. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, había leído críticas buenísiimas de "Prohibido leer a Lewis Carroll" y no he tenido más remedio que secundarlas y, por ello, recomiendo a todo aquel al que le guste "Alicia en el país de las maravillas" que se lea esta pequeña joyita.
La premisa de la cual parte esta historia es totalmente disparatada: Eugéne Chignon solicita un puesto de institutriz en Nueva York cuyo requisito principal es, y cito literalmente, "que sepa mentir", con el objetivo de que Alicie, una niña obsesionada con Lewis Carroll, no se entere de que la verdadera Alicia en la que se basó Carroll va a visitar la ciudad. Como veis, totalmente disparatado.
Obviamente, como requisito casi indispensable para poder disfrutar de su totalidad de "Prohibido leer a Lewis Carroll" y de sus guiños hacia Alicia en el País de las Maravillas es necesario haber leído la novela de Lewis Carroll. Creo, y de verdad lo digo, que es un libro para niños pero también para adultos, que lo disfrutarán tanto como ellos y terminarán, como yo, con una sonrisa en la boca. (¡Además de que las ilustraciones son geniales!)
Qué guay que te haya gustado. Es amor puro y duro este libro. A ver si me hago con los otros dos, que seguro que son igual de buenos.
ResponderEliminar¡Un besote, preciosa!
Qué maravilla que te haya gustado. A mi, sinceramente, no me va mucho esto de leer libros infantiles. Pero quizá deba darle una oportunidad, porque a veces las cosas más pequeñas están ahí para sorprenderte. Me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarBesos,
Diana.
escapefromreality14.blogspot.com.es
Es lo malo de los libros infantiles o los ilustrados...que duran un suspiro y jo, a veces cuestan la vida :)( pero vamos, en este caso estoy contigo, este es una joyita y los demás de los autores también!
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